domingo, 29 de julio de 2007

Feliz 28

Cuando vivía en el Perú, la idea de celebración por 28 de Julio se reducía a dos cosas: o viajar fuera de Lima a relajarse un poco o quedarse descansando en la casa para también relajarse un poco. La mayoría de veces tocaba quedarse en casa, pues era tanta la gente que salía de Lima que encontrar un sitio donde fueras bien atendido era demasiado difícil (al igual que en cualquier otro feriado largo). Además, lo demandante de mi trabajo hacía que igual estuviera tenso... recuerdo que una vez tuve que regresarme de Huancayo antes de tiempo para terminar unos pendientes.
Ahora que estoy fuera del país, el 28 de Julio es un día normal. Obviamente, no ves las casas embanderadas ni avisos en TV que realzan el sentimiento patriótico, pero igual uno trata de arreglárselas a su manera. El año pasado me la pasé pelándome de frío y no hice nada. Este año celebré el 28 a mi modo: no escuché el discurso del "mal menor", pero igual comí comida típica y me la pasé escuchando rock peruano (no, la música criolla no va conmigo a menos que esté con una buena dosis de tragos encima).
Por la tarde, luego de haber avanzado resumiendo literatura para la tesis, me fui a compara unas cosas y ver los Simpson... recuerdo que la última vez que había hecho cola para ver una película fue en 1998, para ver Titanic en el entonces cine Alcázar. Esta vez compré mi entrada a las 4:20 para la función de las 6, y tuve que hacer cola por 40 minutos para poder entrar. Y ni aún así conseguí un sitio más o menos decente. Igual he de decir que la espera valió la pena.
Lo curioso de todo esto es que, exceptuando la compañía familiar, el 28 la pasé casi igual que como la hubiese pasado en Lima (sí, ahí también hubiese hecho lo mismo).

viernes, 27 de julio de 2007

El Nuevo Inquilino

En el lugar donde actualmente vivo, hace algún tiempo vivía otro peruano quien al parecer causó una muy buena impresión en la dueña de casa. Durante algunos meses la señora, muy buena ella, intentó convencerme de todo lo que el otro chico hacía estaba bien y me comparaba con él de todas las formas posibles. Al parecer ella comprendió que jamás habrán dos personas iguales (claro, somos peruanos los dos y compartimos muchísimas tradiciones y costumbres... pero de ahi a decir que debemos comportarnos igual hay una distancia muy larga) y desistió en sus intentos. Más o menos por Marzo de este año, me enteré que aquel muchacho de quien tan bien me habían hablado regresaría a Santiago y se quedaría a vivir con nosotros... la fecha: más o menos alrededor de la quincena de Julio.
Cuando llegué a Santiago, conocí al chico. Mi primera impresión fue que es sumamente tranquilo. Quizás sea un poco tímido pues casi no me ha hablado en el timpo que llevo aquí, pero he de decir que se lleva muy bien con la señora y conversan muchísimo, lo cual está bien. Total, ella necesita compañía y yo, como paro metido en 500 cosas, no puedo dedicarle tiempo. Sin embargo, hay un par de cosas que me hacen sospechar, y son las siguientes:

- Ayer conversábamos en la cena y me preguntó que se hacía por Fiestas Patrias. Le comenté de la celebración anual en el Parque Bustamante y la Cena que organiza la Embajada. Me dijo en tono despectivo: "pero en esa celebración (la del parque) van las nanas (empleadas)". Nunca he justificado la discriminación, especialmente para personas que vienen aquí a labrarse un futuro de forma honrada. Yo conozco a algunas de esas personas y me consta que luchan por surgir. Lo peor de esto es que uno discrimine a otro por su ocupación... ¿Prejuicios?... no sé. Total, yo igual pienso darme una vuelta el domingo a ver como es esa celebración, así estén las nanas.
- Hoy, cuando regresaba de la universidad, me crucé con él en la calle (en la misma vereda) y ni siquiera me saludó o dijo hola. Espero que haya estado distraido.

(ya me imagino a mi madre haciendo comentarios de todo tipo... todos malos)

En fin, los mantendré informados.

Otra vez...

Luego de estar en Orlando, llegué a Lima. Fueron días relativamente tranquilos, aunque interrumpidos con algún ocasional correo desde Santiago para pedirme alguna cosa en el trabajo. Después de haber disfutado la gastronomía local y notar, con mucho gusto, que la gente (y no sólo los militares) comienza a celebrar las Fiestas Patrias, tuve que regresarme a mi actual ubicación para terminar lo que vine a hacer.
Cada vez que voy para Lima tengo la impresión de que el tiempo está pasando rápido, y lo difícil que será, en muchos casos, mantener mis vínculos con mis amigos y conocidos. Conforme pasan los meses uno se acostumbra a estar lejos de tu grupo, y tu grupo también se acostumbra a que tu estás lejos. Poco a poco cada quien comienza a asimilar que el otro no regresará o que sus visitas serán breves. Ya me lo decía una persona que estudió 4 años fuera: "yo trataba de mantener el contacto con mis amigos, regresaba todos los años a mi país, pero es muy difícil...". Recién llevo por aquí un año y estoy notando que realmente no es sencillo... más no imposible.
Es probable que yo no regrese a establecerme definitivamente en Lima por un buen tiempo, o quizá nunca más. Sin embargo, siempre trataré de darme esas escapadas de 4 o 5 días que hasta ahora he venido haciendo.

jueves, 19 de julio de 2007

Hace un año (parte 2)

Hace un año, también me la pasé viajando. Esta vez iba del clima relativamente templado de Lima a el frío de Santiago. En anteriores ocasiones he hablado de mi estado de ánimo en ese entonces y cómo logré superarlo en gran medida. En un año aprendí varias cosas (además de economía), algunas importantes y otras no tanto:

1. El tiempo cura los resentimientos.
2. Conforme pasan los meses, la importancia de los chismes de los amigos y conocidos de tu país de origen va disminuyendo hasta llegar incluso a mirarlos con indiferencia.
3. Esto contrasta con cierta nostalgia hacia lo que dejaste atrás... es raro.
4. Esa nostalgia se relaciona con querer hacer algo importante por tu país luego de aprender cosas fuera.
5. Bañarse con agua helada a menos de 10 grados de temperatura afuera puede ser una experiencia intensa.
6. Puedes pasar una semana (o más) sin tender tu cama y no pasará nada serio.
7. Lo mismo con caminar descalzo... no te resfrías.
8. Las cucharas de plástico se pueden derretir si las dejas junto al fuego.
9. El arroz puede saltar como pop corn si lo dejas en la sartén.
10. No es recomendable pasar a limpio una tarea la noche anterior a la fecha de entrega.
11. Aprender a medir tus tiempos en una nueva ciudad no es tarea de un día.
12. Lo mismo en cuanto a aprender a protegerse del frío.
13. Puedes aprender y apreciar otro tipo de música que en tu lugar de origen te parecía decadente.
14. Lo mismo con ciertos tipos de comida.
15. Debes aprender a hablar de tal forma que todos te entiendan bien, no me refiero a la entonación, sino al vocabulario.

Bueno, y como dije antes también aprendí economía... aunque sé que al final eso no será tan relevante como las otras cosas que aprendí.

Día 6 en EEUU y Regreso a Lima

El día comenzó como cualquier otro. Mi papá se había ido a trabajar, prometiendo regresar temprano para tomarnos fotos. Esperé que llegara... fuimos a comprar el boleto del autobús y posteriormente partimos a hacer lo que teníamos que hacer. Justo en plena sesión fotográfica, mi papá recibe una llamada de Lima: un negocio que yo había estado esperando desde diciembre del 2006 estaba a punto de concretarse. Lo peor de todo eso es que tenía que llenar una serie de papeles y enviarlos por correo. De más está decir que eso arruinó los planes que teníamos para mis últimas horas: de comer comida árabe en un sitio bonito pasamos a comer (cada uno por su cuenta) comida de la tienda mexicana. Encima que la premura del tiempo hizo que me estresara más de la cuenta y tenga algunas reacciones inapropiadas que, obviamente, no fueron tomadas a bien.

El caso es que esa reacción mía llevó posteriormente a una de las conversaciones más profundas que haya tenido en mucho tiempo con mi padre. Mientras escribo esto en un pasillo del aeropuerto esperando el avión que me llevará a Lima, creo que quizá no me haya portado bien. Es cierto que ese tema de negocios podría representar un dinero extra (que nunca está de más), pero también es cierto que no suelo ver muy seguido a mi padre... la última vez que lo ví en persona fue el 2005 y todo el camino de vuelta estuve pensando en ello. Definitivamente, no fue la mejor forma de terminar ese viaje.

Todo esto disminuyó la importancia de otras cosas que ocurrieron en este último día, como el hecho que me encontré con una peruana en el bus (vivía en Aruba) y el taxi me salió a mitad de precio, así como el hecho que hace un año llegué a Santiago para estudiar.

Día 5 en EEUU

Ese día fue, por decirlo de alguna forma, falto de emoción. El 80% del tiempo la pasé trabajando y arreglando mis cosas. Conversando con Lima, llegué a la conclusión de que siempre existirán eventos cada vez que vaya por allá y yo, para variar, terminaré assisted a ellos. Es algo extraño que de pronto todo el mundo quiera verte cada vez que regresas… me hace sentir un poquito importante y eso me agrada.

miércoles, 18 de julio de 2007

Día 4 en EEUU

Mejor describirlo con imágenes:



Luego de semejante experiencia, fuimos a almorzar al archiconocido Golden Corral. Entre diversos personajes vestidos con sus mejores galas y algunas imitaciones de Aretha Franklin (antes y después de su decadencia), ingerimos nuestros alimentos. El resto del día me dediqué a dormir.

lunes, 16 de julio de 2007

Días 2 y 3 en EEUU

Luego de un reparador sueñito, me quedé trabajando un poco... el que me haya venido a disfrutar del calorcito no implica que me quede de vago, no pues.
Por la tarde del día 2, salimos a dar una vuelta. Lo mismo el día 3, que la pasamos comprando cosas. Personalmente, estar en EEUU implica, además de las cosas obvias, disfrutar de esa extraña mezcla de cultura latina con gringa. Cada vez que vengo por aquí noto que la comunidad latina es cada vez más grande, aunque en muchos casos su influencia no se correlacione directamente con su tamaño. Lo interesante de todo esto es que por primera vez en la historia los gringos se han tenido que adaptar a un grupo de personas tan numeroso que se adapta a la sociedad en las cuestiones más esenciales (por lo general) pero al mismo tiempo mantiene sus costumbres y, sobre todo, el idioma. En anteriores oportunidades los inmigrantes habían tenido que adaptarse a la sociedad ya establecida, pero en esta ocasión la sociedad establecida ha tomado conciencia de que este proceso de asimilación no se dará (al menos en el corto plazo) y han tenido que adaptarse.
Cada vez esta adaptación es mayor, al menos en Florida. Alguna vez escuché una comparación de que EEUU era Roma y los latinos los bárbaros. Al igual que una Roma en decadencia se adaptó y asimiló a los pueblos germánicos, está pasando lo mismo con EEUU. Sólo el tiempo dirá como evolucionó este fenómeno.

Día 1 (Parte 3): De MIA a MCO

(Notas: (1) MCO = Orlando (2) Este post puede ser considerado políticamente incorrecto por algunas personas sensibles)
Luego de tan amable conversación con el agente de migraciones, me dispuse a recoger mi equipaje y salir por Aduanas. En anteriores oportunidades que estuve por acá me preguntaban de donde venía y al decir "Perú", me hacían pasar por la línea de puntitos rojos a que me revisaran el equipaje para encontrar contrabando, droga, bombas o RPG y por poco más me hacían un chequeo médico para ver si no era un portador de la gripe aviar, la enfermedad de la vaca loca o alguna otra que la población de aquí teme contraer (cuando al final se mueren de alguna enfermedad coronaria por comer 6 de 7 veces a la semana en Mc Donald's y tienen que enterrarlos en ataúdes talla XXXXXXL). Esta vez, sin embargo dije que venía de SCL y me dejaron pasar sin mayores problemas por la línea de puntitos verdes. Raro, muy raro.
Pasar de los 12ºC de SCL a los 30ºC de MIA es una experiencia poco agradable. Eso se agrava cuando le sumas la humedad... es terrible. Luego de que un hindú me llevara en un taxi y me dijera "musshas grracias seniorrr", me bajé en la estación de buses que sirve a la comunidad afroamericana, latina y un 1% de blancos desde 1914: Greyhound Bus Lines.
Dado que había hecho mis cálculos de salida del aeropuerto de Miami tomando en cuenta que sería examinado para descartar la presencia de gripe aviar, aparecí en la estación una hora antes de lo planeado. Compré mi ticket (que salía 3 horas antes de lo planeado) pero no tenía monedas para avisar que llegaría más temprano a mi destino final. Acostumbrado ya a que me pasaran por detectores de metales (iban ya 5 veces) subí al bus. En la parada principal (una gasolinera en medio de la nada en Ft. Pierce - 30% de pobres), compré algunas chucherías esperando que en el vuelto me dieran algunas monedas para poder llamar. Si bien las conseguí, el monto para obtener una cantidad razonable de minutos para conversar era mayor al monto, asi que solo pude hablar 15 o 20 segundos, tiempo de por sí insuficiente para poder decir más que un "Hola".
Llegué a MCO a las 3 AM, 21 horas después de haber tomado el transfer en Santiago. Como no había nadie esperándome, me entretuve resolviendo un Sudoku que felizmente había en el diario del avión. Si me pongo a pensar bien es como una imagen de película: estar sentado en una estación de bus semi vacía con "Hotel California" de música de fondo y la poca gente que estaba con casi tanto sueño como yo. Llegaba un bus y la gente bajaba y esperaba hacer transbordos que los llevarían a otros destinos para quizá encontrarse con su familia, un nuevo trabajo, o quizá huyendo de algo... quien sabe.
Para que tengan una idea, aquí una visión de una estación de Greyhound a las 5 AM (no es precisamente Orlando, pero para que vean lo aburrido que es):

domingo, 15 de julio de 2007

Dia 1 (Parte 2): de BOG a MIA

Incluso en clase turista, la gente de LAN se esmera en sobrealimentarte, lo cual justifica en algo el costo del pasaje. Mientras salíamos de Colombia y entrábamos en el Caribe, creé una lista de reproducción de mi música favorita (principalmente cosas de los 90s). Pasamos por Jamaica y mientras entrábamos a Cuba:

escuchaba el Ten de Pearl Jam:

Lo curioso es que mientras intentaba grabar una pista de aterrizaje en territorio cubano mi cámara digital comenzó a fallar misteriosamente... guerra digital o simple coincidencia? Volveré a intentar en el vuelo de regreso para sacar una conclusión definitiva.
Una vez en el aeropuerto de Miami, el siempre oportuno oficial de migraciones me interrogó, tomó fotografías y huellas digitales (seguramente para asegurarse de que no fuera a cometer algún acto terrorista o me fuera a quedar de ilegal). Luego, cuando preguntó mi profesión contesté "estudiante de postgrado". Más tarde, medidando mi respuesta, me pregunté si ser estudiante es una profesión... eso amerita otra reflexión.

viernes, 13 de julio de 2007

Dia 1 (parte 1): de SCL a BOG

Bueno, luego de haber terminado un semestre tan agotador (en todos los aspectos), opté por huir al verano boreal... El día 1 comenzó cuando terminó el día 0, haciendo mi maleta y acostándome a la 1 de la maniana. Puse la alarma del celular para despertarme a las 5 am, pero finalmente pudo más el suenito y seguí durmiendo... finalmente desperté a las 6 am cuando la movilidad que me llevaría al aeropuerto pasaba en 15 minutos más!!... tuve que arreglarme tan rápido como pude y salí medio con suenio cuando llamaron a la puerta.
Aun en estado semi inconsciente, llegué al aeropuerto. Pasado el interrogatorio de rigor (mucho menor que cuando salgo de Lima, por cierto), pasé a la sala de espera y embarqué en el avión, luego que la aeromoza que revisó mi pasaporte se lo ensenió a la la otra como ejemplo de la visa de México.
El vuelo hasta Miami demoraría un poco: el primer tramo era de Santiago a Bogotá, y el segundo de Bogotá a Miami. Debo reconocer que los señores de LAN se han esmerado en tener un sistema de entretenimiento a bordo bastante decente: hay más opciones de películas y puedes crear una lista de reproducción de música. Eso hizo el viaje más entretenido.
Mientras alternaba entre ver Zodiaco (por segunda vez) y dormir, llegamos a Bogotá. Resulta que todos los pasajeros tenían que bajarse del avión y volver a pasar por los controles de seguridad para ver si nadie intentaría hacer explotar el avión o cosas por el estilo. Una vez en tierra, mi equipaje de mano y yo fuimos revisados cuatro veces!!!, pero pude conocer a Juan Valdéz (el ícono del café colombiano). Mi anterior compañero de viaje (que tenía un IPhone) se había bajado en BOG, por lo que tuve que decirle "Hola" a mi nuevo acompañante, que tenía un aire a Juan Valdéz.
Salimos de Bogotá rumbo a Miami:

Se acabó

Terminó el semestre hace algunos días....!!!! Ahora solo queda medio semestre.