martes, 21 de agosto de 2007

Un Nuevo Tipo de Inmigrante

Luego del terremoto, la comunidad peruana residente en Chile se organizó para reunir recursos y enviarlos a los residentes de la zona afectada. El domingo hicieron un evento en la calle Catedral, adyacente a la Plaza de Armas, también conocida como Pequeña Lima. Muchos de los peruanos residentes aquí se encuentran de ilegales y no pueden regresar al Perú a ver a sus familias sin ser sancionados y probablemente no poder regresar más a Chile. Para poder evitar esta situación, vi que estaban pidiendo que el gobierno de este país les exonerara de las sanciones. Esas cosas quedaron en mi cabeza el resto de la tarde.
Al día siguiente, inicié mi rutina diaria revisando los diarios por Internet. A los habituales El Comercio y La República, se sumaron el New York Times y ahora, El Mercurio. Es en el NYT donde encontré un artículo sumamente interesante, que habla sobre la nueva realidad de los inmigrantes. Dado que es un tema que siempre me ha interesado (yo también pertenezco a ese grupo) y que estaba con la imagen de gente pidiendo facilidades para regresar al Perú, me sumergí en la lectura del artículo.
En general, habla de la existencia de dos tipos de inmigrantes y el grado en el que este grupo ha cambiado su composición: los trabajadores no calificados que salen de su país han ido disminuyendo su importancia relativa respecto de los que si tienen calificaciones. Mientras que para el primer grupo los gobiernos han restringido notablemente el flujo de personas e incluso hacen redadas para deportarlos (como en EEUU), los otros tienen las puertas abiertas: incentivos tributarios, trámites menos engorrosos, etc. Como ejemplo, mencionan a países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Dinamarca, Suecia, República Checa y los Emiratos Arabes. Es decir, solo la gente con educación puede moverse libremente en el mundo de hoy e incluso son cortejados por los países que los recibirán, mientras que los que no tuvieron la posibilidad de acceder a una educación superior tienen que solicitar beneficios del gobierno que les da cabida, muchas veces sin suerte.
Sin embargo, al describir la vida de dos profesionales estadounidenses que viven en este último país, muestra que no todo es tan sencillo: en uno de los casos, un economista con un doctorado es profesor universitario y se encuentra en una excelente situación económica (vivienda gratis, tiene un BMW y un Mercedes, vacaciones a Tailandia y Europa), mientras que en otro, una profesora se encuentra un poco decepcionada con lo que encontró y extraña los bosques de Oregon.
De este artículo hay dos frases con las que me sentí bastante identificado, la primera habla de lo poderosa que es la cultura del lugar de donde uno proviene, y el proceso de darse cuenta que uno realmente pertenece a ese lugar, así lo haya criticado miles de veces antes.
La segunda no merece mayor explicación: “That’s the difference between me and the unskilled workers — I’ve got choices.”
El artículo completo lo pueden encontrar aqui (está en inglés).

lunes, 20 de agosto de 2007

El Terremoto

Dicen que uno recordará por siempre lo que estaba haciendo y dónde estaba el día del terremoto en el Perú. Yo estaba aquí en Santiago. Ese día no había ido a trabajar, pues era feriado, así que me estaba dedicando a avanzar la tesis. Siempre estoy en el chat del Gmail, por lo que estaba "hablando" con algunos amigos en Lima. Así fue como me enteré, mientras conversaba de la Wikipedia (Nota: en Lima es una hora menos, por lo que 19:34 en Santiago son las 18:34 allá):

19:34 Amigo 1: asi
bueno yo solo soy lector
Yo: hice el artículo del eviews
jajajajaja
Amigo 1: marciano
a ver
manda
Yo: está bien tela
19:40 Amigo 1: donde se ve que tu lo has hecho
para el link que mandaste
Yo: historial, en una de las pestañas de arriba

12 minutos
19:52 Amigo 1: hubo un temblorzazo
Yo: si?
pucha
Amigo 1: si
bien fuerte
y largo
19:53 Yo: saliste corriendo supongo... o ya superaste el trauma?
19:56 Amigo 1: caminando
Yo: ok

(He de señalar que aun no comprendía la magnitud del sismo y pensé que era uno de tantos temblores que ocurren en Lima. Además, el Amigo 1 tiene un trauma con los temblores desde lo que le pasó en el sismo del 2001 en el sur del Perú).

Y así fue como me enteré por otro lado. Una amiga quería pasarme unos modelos que había estimado para que les diera una mirada:

19:37 Yo: mmm....
lo tienes x ahi?
19:38 (en cuanto al "q onda" lo podemos discutir posteriormente)
Amiga 1: si, lo tngo
son 9 pag mas
t lo paso?
pro no t rias!
Yo: si, pa verlo
ok, lo prometo
19:39 Amiga 1: ok ok, pero dejame ponerle la ultima corrida
esperame un toq
Yo: ok

13 minutos
19:53 Amiga 1: terremotoooo
d ahi t cuento
Yo: !!
ok
Amiga 1: hubo terremoto
un temblor d mas d 1 minuto
Yo: q?
Amiga 1: q horrible
en crio
mira roo
rpp
se sintio hasta pucallpa
llama a tu ksa
me tngo q ir
alamos
chaufa
Yo: chau

Para ese entonces me encontraba bastante alarmado. Sólo pensé en dos cosas: la primera, llamar a mi casa en Lima, la segunda: informarme e informar al resto. Hice la llamada respectiva a mi madre, quien se encontraba bien, aunque un poco asustada. Tuve suerte pues luego las líneas colapsaron ante tanta gente que quería comunicarse con sus familiares. Para ese entonces, aun seguía en el messenger y me encontré con mi hermana que estaba intentando (infructuosamente) comunicarse con mi madre. Le dije que todo estaba ok con ella y que no se preocupara. También le avisé a dos amigos (uno que vive aqui en Santiago y otro en Denver) para que se comunicaran con sus familias. Viéndolo en retrospectiva, me pongo a pensar en cómo las actividades cotidianas de la gente (en este caso un chat sobre cosas tan triviales) pudieron haber sido interrumpidas y, en muchos casos, alterar el rumbo de sus vidas durante los siguientes años y, porqué no, durante el resto de su existencia.
Los siguientes días me sometí a un bombardeo de información sólo comparable a cuando pasé enyesado navidad y año nuevo del 2005 y me pasaba todo el día viendo noticias del tsunami en Indonesia. Tantas imágenes desoladoras me afectaron, hasta el punto que una amiga en el trabajo un par de días después me notó raro (a esto, debo agradecer a toda la gente que se preocupó por preguntarme). Y es cierto, lo estaba. En alguna forma, el estar lejos y ver sufrir a tanta gente en lugares que conocía da cierta sensación de impotencia y malestar. No recuerdo haber sentido nada parecido antes.