viernes, 2 de marzo de 2007

Dia 2 en Buenos Aires: Lluvia y Más Lluvia

Me desperté temprano decidido a salir a conocer la ciudad. Luego de asearme y tomar desayuno, salí a pasear. Una vez en la calle Corrientes me di cuenta que misteriosamente todos estaban llevando paraguas… uhm… y yo no tenía uno. Había visto en accuweather.com que era probable que hoy fuera a llover. De hecho, vi el cielo nublado pero no le presté importancia. Igual todo ingenuo salí a ver q onda. Luego de ver el Obelisco (supongo que se ve mejor en un día soleado), bajé por Saenz Peña hacia la plaza de Mayo y la Casa Rosada. La calle está llena de edificios antiguos y mucho comercio… espectacular. Realmente parecen edificios europeos. Lamentablemente la Casa Rosada está siendo reparada… asi que la foto no saldrá tan bien. Mientras seguía paseando, comenzaron a caer algunas gotas… maldita sea, asi que me vi obligado a comprarme el paraguas. Dada mi experiencia en Santiago con la escasa practicidad de los paraguas grandes, compré uno de esos que se hacen chiquitos. Con un poco de lluvia y el cielo comenzando a oscurecer (eran las 10:30 am), regresé por la plaza de Mayo hasta la calle Florida, que es algo así como el Jirón de la Unión o el Paseo Ahumada, donde hay muchas tiendas.

En mi búsqueda de cosas para comprar (Lacoste), entré a una tienda. Cuando salí, nada me había preparado para lo que vi: parecían las 9 de la noche (en realidad eran las 11 am) y caía una lluvia torrencial, con truenos y relámpagos… y para colmo con un calor terrible (misma selva). La gente estaba dentro de las tiendas esperando a que dejara de llover, y unos pocos se aventuraban a salir de la tienda para quedar empapados a los cinco segundos. Dado que no pensaba quedarme a vivir en la tienda, decidí salir… para terminar empapado (pese al paraguas) y entrar al banco que estaba enfrente. Cambié un poco de dinero y nuevamente me aventuré a la calle, esta vez con un poco más de suerte… igual tuve que entrar a otra galería y esta vez decidido a encontrar la estación más cercana de metro para regresar al hotel. Para ello tuve que regresar a Plaza de Mayo y encontré la estación atestada de gente, unos esperando que pase la lluvia y otros más con la misma idea que yo. Todo ok, estaba en el andén del tren y resulta que aquí el metro deja de funcionar cuando cae lluvia… encima hasta el agua se mete a los vagones… terrible. Lo único bueno de estar varado casi una hora esperando a que deje de llover es que conocí la estación Perú del subte. Esta estación fue construida en 1910-11 como parte del primer metro de Sudamérica (creo que hasta del hemisferio Sur) y aun guarda la arquitectura de la época… muy interesante. Incluso hay hasta algunos avisos publicitarios de ese entonces. Pensé en lo mucho que hemos evolucionado en menos de 100 años en casi todos los aspectos (publicidad, transporte, arquitectura… aunque en muchos otros seguimos igual o peor). A esto, la arquitectura de las estaciones es bastante interesante y se parecen mucho a las de Nueva York. Al final llegué al hotel, aun con lluvia, con la polera sucia y las medias mojadas, para esperar a que escampe y volver a salir (esta vez con cámara… ya habían cargado las pilas).

Luego de estar un rato en el hotel pensando en la perpetuación de las amebas en el agua potable, salí a almorzar. Veamos… Argentina, aparte de exportar modelos, cumbia villera y grupos de cantantes pelucones, es famosa por sus carnes (si, la de res también). También es conocida por su influencia italiana, reflejada en el hecho que casi en cada esquina hay un lugar para comer pastas. Para elegir, hay. En ese entonces, seguía lloviendo, aunque ya no tanto como durante la mañana… mi mala experiencia horas antes al haber arruinado mi polo que supuestamente me duraría todo el día me hizo ponerme una capa protectora más, cosa que además me ayudaría a ocultar la cámara (para esto mi polo y mis medias de la mañana estaban secando junto a un ventilador en el hotel… yuck). Cuando salí de almorzar, la lluvia había parado, asi que pude seguir caminando por Florida… hay “n” tiendas… con razón dicen que es uno de los mejores sitios para comprar fuera de las capitales europeas y Nueva York. De hecho, esa actividad comercial me recordó mucho a esta última ciudad (sí, si… también estuve ahí el 2004)… y no es cualquier tipo de ropa. Marcas como el caballo y el lagarto están casi omnipresentes. Pero por lo general no son argentinos los que compran, sino los turistas. Noté varios brasileños, e incluso por ahí algún sudafricano (no, no era negro… me di cuenta porque hablaba afrikáans… y cómo sé que era afrikáans… sapo eres, ¿no?). Preguntando en una tienda reconocieron casi instantáneamente que no era argentino (será porque no pregunté por una chomba, sino por una polera? O será porque dije “billetera” en lugar de “bishetera”… o finalmente por el cacharro… no sé)… el caso es que tampoco atinaron con mi nacionalidad: dijeron que era mexicano. Les seguí la corriente y con mi mejor acento de chilango les dije q era del DF… mwahahahaha. La próxima vez les diré que soy chileno… no, a lo mejor me escupen. ¿Y si les digo que soy peruano?... no, creo que eso es más riesgoso que lo anterior (¿peruano? ¿Y porqué tienes los dientes completos? ¿Te gusta la pollada?... que asco… de veras, gracias Laura Bozzo). La verdad no es la primera vez que me ocurre eso: mi cara hace surgir cierta ambigüedad sobre mi procedencia (no caigo dentro del estereotipo del peruano ni tampoco soy lo suficientemente blanco como para pasar piola)… cosa que me parece interesante.

En el hotel descubrí que hoy juegan Boca Juniors y Cienciano… lo exótico (¿o posero?) que es ver jugar a un equipo peruano fuera del país me pareció interesante así que me apunté para ir. Al final Cienciano perdió por 1-0… aunque realmente eso fue lo de menos. La barra de Boca es un espectáculo aparte. Pronto vendrán los videos… me olvidé de traer el cable de la cámara :S… Ese fue el fin del día 2. Veremos que ocurre en el día 3.

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