En la recta final...

Contando a partir de mañana, faltarán cuatro semanas (si, cuatro), para que terminen las clases de la maestría y poder ser libre otra vez :). La verdad serán semanas muy agitadas, dado que también tengo otras obligaciones por aquí: dejar la tesis lo más avanzada posible, terminar de escribir tres papers y estudiar para los exámenes, además del trabajo y el dictado de clases.
Hay veces que pienso que las cosas que estoy haciendo son muchas y que debería dejar de abarcar tanto y relajarme un poco más, siguiendo las enseñanzas de la sabia filósofa Susana Díaz o llevar al extremo la doctrina de mi amigo Epicuro. Pero esta ha sido mi dinámica desde que salí de la universidad: siempre metido en 50 cosas y con otras 50 más por hacer. ¿Será bueno o malo en el largo plazo? Por el momento no tengo idea y me siento contento así, salvo contadas ocasiones en las que suelo tomarme un descanso y dormir más que de costumbre (o viajar, según la ocasión).
Hace cuatro años una persona que llegué a detestar por explotarme pero que ahora me trata como igual me dijo que ese sería el camino que yo seguiría cuando le pregunté sobre porqué él hacía tantas cosas. Y bueno, hasta el momento he de darle toda la razón.