martes, 30 de enero de 2007
Trade off
En economía, nos enseñan que un trade-off es una elección entre dos cosas que son incompatibles (o algo así). Por ejemplo, puedes estar despierto pero no dormir al mismo tiempo. Un trade-off bastante conocido en mi anterior realidad era el siguiente: o trabajas hasta tarde o tienes una vida fuera del trabajo. He de confesar que al salir de la universidad era una persona bastante ingenua e inmadura. Así, me dejé embaucar con una serie de frases que a cualquier joven egresado entusiasmarían. Veamos:
Alguien me dijo que el camino para "hacerse conocido" era "comprometerse con el trabajo (y el país de pasadita)", lo cual implicaba trabajar hasta tarde (incluso con amanecidas) y una sumisión casi completa. Recuerdo que muchas veces tenía que salir a las 8 o 9 sólo porque era bien visto que saliera a esa hora (incluso sin tener nada que hacer). Incluso alguna vez me quedé trabajando hasta las 3 de la mañana para regresar a las 6 AM. Pasé así casi tres años. A cambio mi vida social casi desapareció y dejé de darme tiempo para mí mismo.
Viéndolo en retrospectiva, creo que igual pude haberme hecho conocido sin tantas amanecidas y stress. La verdad me siento engañado. Quizá pude haber sido un poco más fuerte y decir que no quería ese estilo de vida, pero al final las cosas se dieron así. Ahora veo todo desde lejos y veo como gente menor que yo sigue cayendo con el mismo cuento... incluso algunos que pasaron por lo mismo que yo adoptaron esa posición y meten el mismo floro barato que les metieron a ellos, eso me parece terrible.
Creo que en mi caso todo eso no fue grave, pues aun no tengo familia. Pero en otros casos, el afán de "hacerse conocido" o, peor aun, mantener el trabajo con un buen sueldo, puede hacer que tu vida familiar se vaya al carajo. ¿Acaso vale la pena tener ropa ficha si no te la puedes poner nunca porque llegas hecho mierda a tu jato y solo quieres dormir los fines de semana? ¿o acaso te sirve tener plata y tener una familia infeliz porque nunca los ves?... Es una situación difícil y muchos dicen que eso no depende de ellos, pero yo creo que algo se puede hacer... ¿qué?... bueno, eso depende de cada caso. Si tu jefe es una persona tratable, podrías conversar con él. En cambio, si es un troglodita, podrías buscar otro trabajo, a menos que sepas que ganarás menos si sales. Eso, sin embargo, es motivo de otro post.
Alguien me dijo que el camino para "hacerse conocido" era "comprometerse con el trabajo (y el país de pasadita)", lo cual implicaba trabajar hasta tarde (incluso con amanecidas) y una sumisión casi completa. Recuerdo que muchas veces tenía que salir a las 8 o 9 sólo porque era bien visto que saliera a esa hora (incluso sin tener nada que hacer). Incluso alguna vez me quedé trabajando hasta las 3 de la mañana para regresar a las 6 AM. Pasé así casi tres años. A cambio mi vida social casi desapareció y dejé de darme tiempo para mí mismo.
Viéndolo en retrospectiva, creo que igual pude haberme hecho conocido sin tantas amanecidas y stress. La verdad me siento engañado. Quizá pude haber sido un poco más fuerte y decir que no quería ese estilo de vida, pero al final las cosas se dieron así. Ahora veo todo desde lejos y veo como gente menor que yo sigue cayendo con el mismo cuento... incluso algunos que pasaron por lo mismo que yo adoptaron esa posición y meten el mismo floro barato que les metieron a ellos, eso me parece terrible.
Creo que en mi caso todo eso no fue grave, pues aun no tengo familia. Pero en otros casos, el afán de "hacerse conocido" o, peor aun, mantener el trabajo con un buen sueldo, puede hacer que tu vida familiar se vaya al carajo. ¿Acaso vale la pena tener ropa ficha si no te la puedes poner nunca porque llegas hecho mierda a tu jato y solo quieres dormir los fines de semana? ¿o acaso te sirve tener plata y tener una familia infeliz porque nunca los ves?... Es una situación difícil y muchos dicen que eso no depende de ellos, pero yo creo que algo se puede hacer... ¿qué?... bueno, eso depende de cada caso. Si tu jefe es una persona tratable, podrías conversar con él. En cambio, si es un troglodita, podrías buscar otro trabajo, a menos que sepas que ganarás menos si sales. Eso, sin embargo, es motivo de otro post.
lunes, 29 de enero de 2007
Como fue que llegué aqui?
Recapitulemos, a inicios del 2005 decidí que luego de tres años de trabajar en una institución pública cuyo nombre no me da la gana revelar, decidí que mi futuro profesional como economista no tenía sentido si es que no salía a estudiar algo afuera (regresar o no, ese es tema de otro post). En realidad ese fue un deseo que tenía desde mucho antes, solo que mi jefe (a quien a partir de ahora será El) me tenía explotado y sin tiempo para dar mis exámenes internacionales (ese también es motivo de otro post). Bueno, el caso es que El dejó la gerencia en mayo de ese año y me dio tiempo para dedicarme a preparar mis expedientes. Luego de regresar de vacaciones en agosto, me preparé full para mis examenes y no me fue nada mal. Súbitamente me llené de optimismo y me comencé a hacer ilusiones de donde iría a estudiar... una universidad top para hacer el doctorado... insisto, todo era felicidad y comencé a soñar despierto más de lo que debería.
Es que realmente tenía todo para poder hacerla linda. No es por sonar botado pero tenía todo: las notas, unas notas en los exámenes de la p.m., publicaciones, presentaciones en congresos... bueno, al menos todo lo que dependía de mí. Faltaba una cosa... para poder postular a las dichosas universidades gringas, se les ocurrió la genial idea de que alguien que te conozca bien (léase profesor famoso con publicaciones en revistas internacionales y candidato al Nóbel en economía) te haga una carta de recomendación. Ese fue el peor suplicio de todo el proceso y no se lo deseo a nadie, la verdad.
Pasé todo noviembre y diciembre del 2005 correteando a mis profesores, jefes, conocidos y demás santos católicos para que me dieran la bendita carta. Supuestamente luego de eso, ellos deberían insistir jodiendo a la universidad diciendo: "Oye, te mando a fulanito, el pata la rompe asi que creo que deberías admitirlo". Sin embargo, nada de eso pasó y terminé siendo rechazado (hacia marzo del 2006) del 99% de las universidades a las cuales postulé. En el interín terminé desarollando un cuadro de stress terrible.
Ese fue el primer golpe. El segundo vendría un par de meses después (mayo 2006), cuando El, que se supone me iría a ayudar con las postulaciones, promovió el meteórico ascenso de un ex-compañero de trabajo. Por la p.m., si a mi no me ayudaste porqué a él si??... en fin...
La verdad que me sentí muy desilusionado del Perú, la cagada que somos académicamente, no existen buenas referencias para poder ir a un buen lugar y encima viene lo otro. Estaba hecho mierda y al borde de un cuadro depresivo. De pronto, surgió la alternativa de venirme a Chile, como paso intermedio, tener mejores referencias y así poder irme a gringolandia.
Creo que esa fue una de las chances que había estado esperando. Quería huir de todo lo que me había pasado, de lo mal que me sentía, de lo asquerosos que habían sido esos meses. Y no podía hacerme la idea de esperar nuevamente hasta diciembre del 2006 y volver a postular, quedarme año y medio más en un lugar que me hacía tanto daño.
Finalmente me aceptaron en el magíster en el que estoy ahora, y la soledad que tuve en un inicio contribuyó a que exorcisara todos mis demonios internos y es curioso... al final terminé conociéndome más a mi mismo. El principio fue jodido, como todo proceso de adaptación, pero creo que las heridas dejadas en ese entonces han ido cicatrizando lentamente. Pese a estar lejos de la gente que quiero me siento feliz de haber tomado esta decisión, de no haberlo hecho no sé que sería de mi ahora.
Es que realmente tenía todo para poder hacerla linda. No es por sonar botado pero tenía todo: las notas, unas notas en los exámenes de la p.m., publicaciones, presentaciones en congresos... bueno, al menos todo lo que dependía de mí. Faltaba una cosa... para poder postular a las dichosas universidades gringas, se les ocurrió la genial idea de que alguien que te conozca bien (léase profesor famoso con publicaciones en revistas internacionales y candidato al Nóbel en economía) te haga una carta de recomendación. Ese fue el peor suplicio de todo el proceso y no se lo deseo a nadie, la verdad.
Pasé todo noviembre y diciembre del 2005 correteando a mis profesores, jefes, conocidos y demás santos católicos para que me dieran la bendita carta. Supuestamente luego de eso, ellos deberían insistir jodiendo a la universidad diciendo: "Oye, te mando a fulanito, el pata la rompe asi que creo que deberías admitirlo". Sin embargo, nada de eso pasó y terminé siendo rechazado (hacia marzo del 2006) del 99% de las universidades a las cuales postulé. En el interín terminé desarollando un cuadro de stress terrible.
Ese fue el primer golpe. El segundo vendría un par de meses después (mayo 2006), cuando El, que se supone me iría a ayudar con las postulaciones, promovió el meteórico ascenso de un ex-compañero de trabajo. Por la p.m., si a mi no me ayudaste porqué a él si??... en fin...
La verdad que me sentí muy desilusionado del Perú, la cagada que somos académicamente, no existen buenas referencias para poder ir a un buen lugar y encima viene lo otro. Estaba hecho mierda y al borde de un cuadro depresivo. De pronto, surgió la alternativa de venirme a Chile, como paso intermedio, tener mejores referencias y así poder irme a gringolandia.
Creo que esa fue una de las chances que había estado esperando. Quería huir de todo lo que me había pasado, de lo mal que me sentía, de lo asquerosos que habían sido esos meses. Y no podía hacerme la idea de esperar nuevamente hasta diciembre del 2006 y volver a postular, quedarme año y medio más en un lugar que me hacía tanto daño.
Finalmente me aceptaron en el magíster en el que estoy ahora, y la soledad que tuve en un inicio contribuyó a que exorcisara todos mis demonios internos y es curioso... al final terminé conociéndome más a mi mismo. El principio fue jodido, como todo proceso de adaptación, pero creo que las heridas dejadas en ese entonces han ido cicatrizando lentamente. Pese a estar lejos de la gente que quiero me siento feliz de haber tomado esta decisión, de no haberlo hecho no sé que sería de mi ahora.
Aqui comienza todo
Luego de algún tiempo de andar leyendo cosas que otros han escrito, decidí iniciar mi dosis de terapia en la red. Quizá porque he comenzado el nuevo año fuera del Perú y veo que esto tiene para rato, o a lo mejor para leer lo que puse hoy y matarme de risa en un par de años... quien sabe. El caso es que desde hoy trataré de poner cosas que me hayan pasado, o que se me ocurren, o cualquier otra cosa que pase por mi cabeza.
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